El café La Brasileña, furor argentino de exportación


Era una casa típica de la ciudad de Buenos Aires, hace un siglo: el café “La Brasileña”. Pese a lo que puede deducirse, se trataba de un establecimiento regentado por un argentino. Pedro Bidondo fue el porteño de pura cepa que estaba al frente de la empresa. En la época no pocos clientes no entraban allí, pues temían que su asistencia pareciera un acto de traición a la patria. “El rumor pudo tener su origen en la visita que hizo a la casa el presidente Campos Salles cuando oficialmente vino a Buenos Aires”.


La Brasileña abrió un nuevo mercado: ofrecer el café que venía desde el Brasil, que seducía a los mejores degustadores de Buenos Aires. De hecho, las exportaciones desde Brasil se triplicaron por entonces, a partir de la visión de Bidondo. No fue su único éxito, ya que la fama de su café se internacionalizó. Y Bidondo debió enviar representantes a España, Italia, Francia y Bélgica, no sólo para participar de las aperturas de los cafés con su participación societaria, sino también procurando a aquellos inescrupulosos que copiaron su nombre en las principales capitales de Europa.
“Hasta ahora siempre eran los comerciantes de países europeos los que protestaban ante nuestros tribunales, porque aquí se copiasen las cosas que ellos creaban: don Pedro Bidondo cambió la oración por pasiva, siendo quizá su Brasileña la primera casa argentina que en todos sus detalles se ha pretendido copiar en el extranjero”, relata la publicación Caras y Caretas hace 100 años.
Bidondo presentaba en La Brasileña el esplendor del Centenario en Argentina. Cuidaba los detalles de atención con extremo rigor y sabía que parte del secreto era ofrecer el mejor café de Brasil. Una de las primeras sucursales que existió fue en Mar del Plata, pero la que estuvo a la altura de lo que se esperaba de Bidondo fue la que se inauguró en la rambla de la misma ciudad, apenas se habilitaron estas obras de infraestructura que hasta el día de hoy le dan un carácter especial a la llamada Ciudad Feliz.
En la sucursal de la Rambla, Bidondo agregó a su oferta de cafés y helados, servicio de snack, una picada al mejor estilo argentino con embutidos y quesos de la belle epoque.

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