Chieko Aoki : "Tuve fracasos pero me los quité de encima"

Hace tres años Chieko Aoki, la llamada "dama de la hotelería brasilera", se prestaba a una entrevista. Ella luego estaría en Mendoza para participar de un encuentro económico inédito. Se trató de la reunión anual del LIDE, grupo económico brasilero que entre sus miembros reúne una fuerza productiva impresionante: representan el 45 % del producto bruto de aquel país. Recientemente Aoki fue entrevistada para un ciclo brasilero que intenta reunir a los protagonistas de los distintos aspectos de la vida del país. Oí su testimonio, releí la entrevista con ella, y pensé que era buena idea volver a publicar el contenido. Se trata de una mujer muy innovadora, original, creativa y celosa de sus inversiones. Aquí ella cuenta parte de su propia historia.




Existe, dentro de este grupo, una empresaria, la única mujer, que incluso ha creado la sección femenina del conglomerado de negocios. Este reportaje con ella recorre buena parte de su pensamiento, así como plantea la aparición de una cultura y ética del trabajo no tan usual en nuestro país. Chieko Aoki es la presidente de la cadena hotelera Blue Tree, formada en la Universidad de Tokio y la Cornell University. Un testimonio diferente para el asunto de siempre: cómo crecemos. Y lo dice ella, que facturará más de 300 millones de dólares cuando termine este 2007.

- Por lo general, los líderes de negocios no acostumbran a revelar sus secretos de éxito. Al mismo tiempo, ha manifestado que administra sus unidades económicas “con razón, sensibilidad y emoción”.

- El modelo Blue Tree se basa en un sistema de gestión por resultados, como lo hacen en otras muchas empresas. Creo tanto en este sistema de gestión que, con mis otros socios, constituí una empresa de gestión cuyo modelo aplico al resto de las empresas del grupo. Cuando hablo de “razón, sensibilidad y emoción” es simbología. La utilizo para facilitar la comprensión dentro de nuestro equipo, entendernos con claridad. Defino conjuntamente como “razón” a todos los componentes técnicos, legales, experiencia, gestión, en fin, todo el conocimiento; entiendo como “sensibilidad” la capacidad de sentir, captar, intuir y percibir las tendencias del mercado y de las personas; y la “emoción”, por último, es lo que deseamos proporcionar a los clientes pero también a nosotros mismos. Así, razón, sensibilidad y emoción, constituyen una forma fácil de explicar el trípode que sustenta el negocio.




- Con respecto al mismo asunto, también afirma que “el líder es aquel que hace mucho con poco”. Y otra de sus afirmaciones: “El gran líder es aquel que encuentra profesionales medios y consigue alto rendimiento en los resultados”.

- Las cosas son más fáciles cuando hay romance entre abundancia y competencia. Claro que, ni siempre, o casi nunca, ellas caminan juntas porque, quien es competente, no “abusa” del gasto. Muy por el contrario, el que factura lo hace porque es cuidadoso con esos gastos. Creo que un buen líder es aquel que hace mucho con pocos recursos, porque con bastantes es obvio producir buenos resultados. De la misma manera, con profesionales excepcionales, es fácil alcanzar excelentes resultados. Siento gran admiración por líderes que consiguen transformar profesionales comunes en excelentes, descubriendo y desarrollando facetas que ni ellos mismos creían tener. Hay muchas personas fantásticas en el mercado bendecidas por este destino.




- Continuamos con Japón, ya que es inevitable: ud. nació allí e incluso realizó estudios superiores. ¿Cómo es su relación con el país? Actualmente trabaja en el Comité del Centenario de la Inmigración Japonesa a Brasil. ¿Cómo piensa al continente desde esa perspectiva?

- Nací en el Japón, pero soy brasilera de corazón y de pasaporte, ya que aún cuando estudiante, opté por la nacionalidad brasilera. Hice cursos en Japón, pero mi formación escolar es brasilera. Tengo orgullo de mi libreta universitaria porque confirma el lugar donde me capacité. Mis padres siempre convivieron en la sociedad brasilera y mi marido es fanático de Brasil, tanto que cuando hay fútbol entre los dos países, él es hincha de Brasil. Viajo bastante entre Brasil y Japón y observo que los dos países pueden integrarse, beneficiarse mutuamente, y, claro, complementarse. Ayudo hablando sobre los puntos positivos de ambos países. Mi participación en el Comité, donde desarrollo varios proyectos, va a ayudar a la integración binacional. Es una labor gratificante. Tengo el privilegio de conocer las dos culturas, que, como dije, se complementan: una, cálida, silenciosa y reservada, la otra, alegre, extrovertida y exuberante. Una sin juego y la otra con juego de cintura. Aplicando cada cosa en su lugar se consiguen resultados bastantes interesantes.




- El éxito es el reverso del fracaso. ¿Hay que fracasar para luego triunfar? Triunfar siempre, ¿no es también fracasar? ¿Cuáles son las bases del éxito en un negocio? ¿Los negocios? ¿Los negociadores?

- No sólo en el mundo empresarial, sino también en la vida personal, todo día es un día de aprendizaje, desafíos, conquistas y fracasos. Es parte de la vida y también del proceso de experiencia, en donde reconocemos que somos también frágiles y fuertes. Ya tuve tantos fracasos que es difícil enumerarlos, pero también ya los absorbí y me los quité de encima. Retiré de ellos lo necesario y los dejé en el pasado. No me acuerdo donde es que quedaron (risas). La mente humana es tan perfecta que retiene las cosas buenas, y los recuerdos negativos y los dolores son olvidados o disminuyen con el paso del tiempo. Sobre la base del éxito creo que, cualquier oportunidad, en la mano de la persona que quiera tomarla, siempre trae buenos resultados. El momento justo y el negocio justo están presentes todo el tiempo, depende del ojo para entrever, coraje para dar el primer paso y voluntad de sudar para continuar. A menudo creo que la vida es eterna, pues ella existe en cuanto existimos, en cuanto tenemos energía para pensar, amar, producir y hacer que todo sea realidad.




- Su cadena ya tiene dos hoteles aquí, en Bariloche y Recoleta. ¿Cuáles son los planes? ¿Qué particularidades encuentra en nuestro mercado? ¿Se profundizarán las relaciones bilaterales, para superar la desconfianza y el recelo existente?

- En los últimos años Blue Tree se estructuró para enfrentar la internacionalización, con el objetivo de participar del promisorio mercado latinoamericano. La bandera de Blue Tree, reconocida por la excelencia en servicios, es también opción de muchos latinos en viaje por Brasil, en especial de argentinos. Hoy representan el 14 % de nuestras ventas. Estamos felices que suceda en un momento de madurez. Nuestra expectativa es que las nuevas unidades en los países de América Latina intensifiquen el flujo de turistas entre países, permitiendo que más naciones participen de nuestra empresa y de nuestros avances. Los hoteles argentinos son pequeños, acogedores, con charming, modernos, especializados en la atención. El de Recoleta, además de cómodo, colorido, está a tono con el charme del barrio. Son 45 departamentos en un edificio encantador. Tiene una lista de servicios exclusivos, con productos y servicios especiales para aprovechar el viaje, sintiendo el toque argentino. La unidad de Bariloche, con 60 departamentos, presenta el mismo concepto, de home-feeling. Este hotel ya existía. Invertimos para remodelar la fachada y los departamentos, que así se adaptaron a las normas de nuestra red.




- Un episodio protagonizado por usted, reproducido en medios de su país, me causó mucha curiosidad. Se refiere a la entrega del Premio Anual de la Revista Claudia. Trascribo lo que dijo: “Estaba medio sin gracia por haber sido elegida, pero cuando Luiza, la vencedora del año anterior, me dijo que hacían make up y peluquería gratis, fui corriendo a recibirlo…”. ¿Es así la anécdota? Y además: ¿cuál fue el mejor premio que Ud. entregó?

- Sí, es verdad. Y fui para que me hicieran el maquillaje (risas). Lo que Luiza me comentó es que el premio era importante y que, encima, te dejaban fantástica, porque tenían muy buenos peluqueros, maquilladores y vestuaristas (más risas). Encontré a eso fantástico, porque a la mujer le gusta y debe valorizar su costado femenino. Sin parecer respuesta de buena alumna, el mejor premio es el resultado de la empresa, de los aspectos financieros, su expansión, el desarrollo del equipo, las personas de la empresa y de los hoteles, que trabajan bien y son reconocidos en el mercado. El premio momentáneo es importante, pero lo mejor es lo que es perpetuado y traducido como cultura y “jeito” de ser de Blue Tree.




- Entre los merecimientos de su carrera me gustaría destacar el que cumplió como mujer al frente de una estructura claramente machista. Sin olvidar que su caso es atípico: derrumbó límites y superó obstáculos, sobre todo culturales. ¿Podría contarnos cómo lo vivió? ¿Cómo proponer relaciones de convivencia inteligentes en las estructuras de trabajo?

- Habiendo ingresado a la hotelería hace 30 años, cuando aún no había mujeres en cargos de liderazgo, creo que la mayor contribución es haber abierto puertos, o de posibilidades para las mujeres, o de abrirle los ojos a los hombres. Inconscientemente, sin ninguna aspiración para influenciar mujeres (mi tiempo entonces estaba focalizado en hacer que mi trabajo fuera correcto), terminé incentivando a que las mujeres se volcaran a la hotelería y así aspiraran a posiciones de liderazgo, incluso en el exterior. En la época que ingresé el sector era tradicionalmente ocupado por hombres. Toda novedad es extraña en sus inicios, lo que exigió mayor empeño en la conquista de la confianza. Siendo oriental, la mayor dificultad fue con los japoneses que, independientemente de mi profesionalismo, no aceptaban mujeres discutiendo negocios con ellos. Y peor, sentían dificultad en hablar de ello conmigo. Me llevó casi 15 años ganar credibilidad y respeto, de forma verdadera, sincera. Mientras tanto, eso no me hacía sentir ni peor o menos capaz de alcanzar mis objetivos, sólo que no tenía mucho apoyo. Precisé ser paciente y también dar más de mí para realizar lo que creía adecuado. Eso me ayudó a desarrollar mi profesionalismo, a consolidar mi creencia de que es preciso ser mejor que los otros para ser reconocido. Por eso soy agradecida de las circunstancias difíciles del inicio. Lo divertido es que, siendo “pequeña” de altura y con nuestra clásica delicadeza oriental, los hombres me deseaban proteger y colaborar conmigo, lo que naturalmente siempre acepté con placer. La relación de convivencia inteligente en el trabajo depende, en gran parte, de la cultura y los valores de la empresa. Cuando los líderes creen que hombres y mujeres trabajando juntos traen mejores y mayores resultados financieros, en ambientes maduros, la diversidad es posible y rentable (que es una de las conquistas importantes de este siglo). Las personas se van integrando naturalmente y descubriendo facetas interesantes, antes desconocidas, de sus colegas de trabajo, sean hombres o mujeres. Y en este clima se transforman en multiplicadores de este estilo de integración, cuya tendencia se está fortaleciendo entre los jóvenes.




- ¿Y cuál es la tarea del grupo femenino dentro del LIDE, en la que usted está a cargo?

- El LIDEM, como grupo económico de mujeres, es bastante reciente y está iniciado sus actividades. Para identificar dónde y cómo estamos, realizamos una investigación para conocer, dentro de las mismas empresas del LIDE, el porcentaje de mujeres que ocupan posiciones de presidente o vicepresidente. El resultado obtenido es que el 15 % de las mujeres ocupan posiciones de directorio y 5 % apenas en presidencia o vice. Este descubrimiento tuvo impacto positivo porque muchas empresas ya inscribieron a sus ejecutivas en el LIDEM, para trabajar en la formación y desarrollo de más mujeres líderes en el mercado.








- Muchos se preguntan cómo es llegar a la cifra 100 millones de dólares dentro de un negocio. Es casi un paradigma en el imaginario. ¿Puede explicarnos su sensación? ¿Cómo será entonces llegar a los 139 millones, según lo que estima alcanzar Blue Tree en el 2007?



- Los resultados y valores son importantes para una empresa y para nuestro equipo. Es el incentivo y la recompensa al trabajo realizado. Y, para mantener a la empresa feliz, debo continuar con esta misión. Al mismo tiempo, Blue Tree tiene conciencia de que solamente crecerá y tendrá su premio si mantiene su visión global del mundo, participando de las soluciones de los problemas de la sociedad, como la desigualdad social, los problemas de medio ambiente y las guerras, resultado de vanidades humanas. Las conquistas en estos desafíos son también premios tan importantes como los resultados numéricos porque, el resumen de la “ópera”, es la felicidad de las personas. Sobre la maduración tengo paciencia oriental, para lo que es preciso ser paciente, aunque no la mantengo para otras cosas. Soy intolerante, por ejemplo, con la intolerancia. Y me rebelo. Por otro lado, sé que no suma recoger la fruta antes de tiempo, porque eso amargará mi boca. Es mejor esperar la maduración y saborearla enteramente.



- Por último le hago dos preguntas, sin ninguna relación. La primera es saber si pensó en lo que dirá su epitafio.

- Aún no tuve tiempo de pensar al respecto y por ahora no quiero ni pensarlo. Soy supersticiosa y creo que, pensar en una cosa que no es necesaria, antes de tiempo, trae energía negativa.



- La última es una idea, que tomo de sus citas de la Madre Teresa de Calcuta: “No deje jamás que alguien que vino hasta uno se vaya sin haberse sentido mejor de cuando llegó. Cada uno de nosotros puede hacer que otra persona se sienta feliz”.

- Esa frase es mi creencia acerca de la vida. Uno es feliz cuando consigue hacer feliz a otras personas. Esto es verdadero. Las personas generosas tienen actitud amplia, sin límites y sin prejuicios. La felicidad es el sentimiento que el otro o alguna cosa externa nos hace sentir. O es la capacidad de algunas personas evolucionadas que se la proporcionan a sí mismas, buscando dentro suyo. Yo todavía no llegué a ese estado.







Johnnie Walker com gigantes. Chieko Aoki


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